El director Igor Fioravanti es el invitado al programa número 98 de WelabTalk. Con él hemos hablado sobre sus inicios en el audiovisual, la importancia de la formación y su manera de entender el cine, similar a la del lenguaje. También nos ha hablado de antiguos proyectos como su largometraje «El sueño de Ibiza» (2002) y todos aquellos proyectos que tiene sobre la mesa.
Igor Fioravanti comenzó su aventura en el audiovisual teniendo muy claro que quería trabajar en la industria, pero sin conocer nada ni a nadie. Entonces, decidió que lo mejor era formarse, mantra que ha repetido siempre a lo largo de su carrera. Algo que le ha permitido controlar varios aspectos, muy distantes entre sí, del trabajo en set. Mientras estudiaba, encontró un trabajo junto a, el también director, Javier Elorrieta. Básicamente, limpiaba platós, pero fue el primer paso para meter la cabeza en la industria y llegar a cumplir su sueño de ser director. Al no poder compaginar estudios con el trabajo, decidió terminar sus estudios y comenzó a trabajar en diferentes puestos dentro de la industria.
«Yo quería dirigir, pero quería aprender todo lo que no controlaba, otros oficios dentro del cine»
Aunque para Igor Fioravanti la formación es una parte muy importante de la carrera de un director, no es necesaria para llegar a serlo. Para nuestro invitado, el director es una especie de aprendiz, aunque pueda llegar a ser maestro. Debe compaginar su trabajo y colaborar con muchas otras profesiones dentro del set (fotografía, arte, sonido, etc.). El talento tampoco es importante, y es que asegura conocer a directores magníficos, con muchísimo talento, que no están trabajando en la actualidad.
«Nunca llegas a dominarlo todo, siempre hay algo que aprender»
A día de hoy, Igor sigue formándose, por ejemplo en platós de Producción Virtual y en experiencias inmersivas visuales. Temas bastante punteros en la producción cinematográfica. Algo que compara con los dialectos de los diferentes lenguajes.
Igor Fioravanti nos ha contado las bondades de rodar publicidad, entre todas ellas destaca el «músculo» tan grande del que disponen los directores de este tipo de productos audiovisuales. Rodar publicidad permite a los directores contar con mucho presupuesto, una gran variedad de equipos técnicos. Es decir, pueden «jugar» y experimentar para luego aplicarlo en otros proyectos.
A la hora de escoger equipos (lentes y cámaras), Igor suele tener las cosas claras gracias a su formación técnica previa, pero deja que el director de fotografía sea la persona que se encargue de escogerlos. Sabe lo que quiere, pero se deja aconsejar. Incluso a la hora de operar la cámara, algo que le gusta, sabe cuando delegar la tarea en alguien.
«Adoro los acentos que pone en el lenguaje un tipo de óptica u otra, un tipo de cámara u otra»
También hemos tenido tiempo para hablar de sus próximos proyectos, aunque Igor Fioravanti es una persona bastante enfocada en el presente. En la actualidad, tiene dos largometrajes sobre la mesa que espera puedan ver la luz más pronto que tarde. Al ser de época, uno de ellos necesita un gran presupuesto, en parte destinado a los departamentos de arte y vestuario. El otro de los largometrajes, es la segunda parte de la trilogía que comenzó con «El sueño de Ibiza» (2002).
Para finalizar esta entrevista, nuestro invitado ha querido lanzar un mensaje a las nuevas generaciones de directores y profesionales de la industria cinematográfica. El director ibicenco asegura que no hay una pauta que llega a ser director, no existe un único camino. Pero, si que aconseja a los más jóvenes formarse y no dejar de hacerlo nunca.
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