Diego Trenas, director de fotografía, ha sido el invitado a la edición número 97 de WelabTalk, programa en el que entrevistamos a diferentes profesionales de la industria cinematográfica. Hablamos sobre sus inicios, la diferencia entre dirigir actores y la fotografía de una cinta, sus próximos proyectos, la nominación al Goya y mucho más.
A Diego Trenas, esto del cine le viene de familia, tanto su hermana como su padre se dedican a ello. De hecho, su padre es Tote Trenas, también director de fotografía. Siempre le «pico el gusanillo» y decidió lanzarse a la piscina y trabajar de ayudante. Diego se formó en el American Film Institute, una de las escuelas de cine más prestigiosas del mundo. Pero no fue fácil. El coste económico es altísimo y por eso Diego Trenas decidió buscar una beca que cubriese sus estudios. Tras entregar varias solicitudes, la Fundación La Caixa le otorgó la beca que buscaba.
«Venía de tener una base muy buena en la práctica por todo lo que había trabajado, pero notaba que me faltaba una base narrativa y de cine, porque nunca había estudiado»
Nuestro invitado nunca ha sentido el peso de su apellido, todo lo contrario. Y es que Diego ha recibido muchísimo cariño en todos los sets de rodaje en los que ha trabajado. Comparte profesión con su padre, pero la metodología de trabajo que aplican es totalmente diferente.
Una de las partes importantes en la carrera de Diego Trenas es el rodaje de videoclips. El dop nos ha explicado las diferencias entre rodar vídeos musicales y rodar ficción. Sus videoclips son siempre muy narrativos, alejándose de lo onírico (algo que suele ser muy común en este tipo de productos). Diego ve en los videoclips un lugar para jugar, experimentar, probar cosas nuevas y únicas. En cambio, las películas le infunden más respeto y responsabilidad, ya que siempre hay que llevar a cabo la visión del director.
Aunque ha dirigido algunos proyectos, nuestro invitado sigue prefiriendo la dirección de fotografía. El lugar en el que más cómodo se siente, y puede afrontar más proyectos diferentes a la vez.
También hemos hablado sobre «Esta ambición desmedida» (2023), un documental sobre el artista C. Tangana. El proyecto surgió como un «follow doc», en el que aparecería mucho material previo y de la propia gira del cantante madrileño. Es un documental que surge de la incertidumbre, del vamos a ver que pasa. Aunque finalmente encontraron la narrativa que buscaban para plasmar en pantalla todo lo que querían contar.
Diego Trenas también dirigió la fotografía de «Una noche con Adela» (2024), por la que fue nominado al Goya este mismo año. Algo que le produjo una inmensa alegría y mucho orgullo, por recibir el cariño y el reconocimiento de la industria cinematográfica. De ese proyecto recuerda la dificultad del plano secuencia, algo que conllevó una gran cantidad de horas de trabajo en preproducción. Al hacer plano secuencia todo debe estar calculado al detalle, todo un reto logístico.
«La nominación al Goya es una recompensa, un regalo»
Respecto a los modelos de cámaras y lentes, opina que las lentes aportan esa diferencia a cada proyecto. El director de fotografía ha querido remarcar la importancia de realizar pruebas de cámara para ver que aporta cada lente al proyecto, para así poder dar con la óptica idónea. Intenta no tener preferencias, pero debido a su experiencia ha trabajado mucho con ARRI y concretamente en Super 16. Debido a esto, se decanta por la SR3, cámara a la que tiene mucho cariño y de la que guarda muchos y muy buenos recuerdos. Respecto a las lentes, le gustan las Hawk Anamorphic, las Cooke S4 o las Ultrascope Anamórficas. Estas últimas un poco complejas a la hora de trabajar, pero que ofrecen un resultado único.
Para finalizar esta entrevista, Diego Trenas aconseja a las nuevas generaciones hacer lo que les apetezca, lo que sientan. No hay que perder el tiempo en cosas que no te hacen feliz, hay que hacer cosas que nos provoquen emoción y ganas.
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