La industria cinematográfica cuenta con distintas mecas alrededor del mundo, siendo las más populares Hollywood, Bollywood y la gran olvidada, Nollywood. Las tres son grandes máquinas de producción de películas y conforman la base de la industria del cine. Aunque este trinomio converge sobre el mismo oficio, lo cierto es que tienen grandes diferencias. Hoy, en Welab, te las contamos.
Hollywood, cuna del séptimo arte
Si queremos hablar de la historia del cine es indispensable mencionar cómo nació y evolucionó el olimpo del cine: Hollywood.
Para llegar a los inicios, nos tenemos que remontar al año 1910, cuando el director D.W. Griffith es enviado al oeste de los Estados Unidos con el objetivo de rodar películas en diferentes escenarios. Es aquí cuando nace la primera película de “Hollywood”: In Old California, con una duración de 17 minutos.
El primer estudio en establecerse en la zona se inauguró en 1911: Nestor Film Company. Solamente un año después, las grandes compañías de cine ya estaban asentadas en Los Ángeles o alrededores. Uno de los factores que favoreció esta migración al oeste fue el clima cálido y soleado de la ciudad, que facilita los rodajes. Cuatro de las compañías cinematográficas que se convertirán en los gigantes de la industria cinematográfica se establecieron allí: Paramount, Warner Bros, RKO y Columbia.
¿Cuándo se colocó el famoso cartel? En 1923. Originalmente decía “Hollywoodland”, y consistía en un anuncio publicitario de madera y chapa promocionando obras de construcción. El cartel se dejó abandonado a su suerte, y no fue hasta 1949 cuando se eliminó el “land”.
Etapa dorada, lluvia de estrellas
La edad de oro de Hollywood nace oficialmente con el estreno de The Jazz Singer en 1927. El fin de la era “silenciosa” y la llegada del cine sonoro significó un aumento de las ganancias en taquilla. Las películas eran producidas con una fórmula efectiva: westerns, comedias, musicales, animaciones, biografías… Siempre adaptándose a la demanda de los espectadores. Todos aquellos guiones o producciones que no siguieran el mismo hilo estructural eran descartados.
Los estudios se convierten en los dueños de las salas de cine. Los cinco magnates de la industria tienen bajo su dominio todos los cines y teatros americanos. Básicamente, los estudios dominan todo el proceso que conlleva la filmación de una pieza audiovisual: actores, productores, guionistas, utileros y técnicos contratados con un salario fijo.
Una vez finalizada la II Guerra Mundial, los estudios pierden el monopolio de la industria y el modo de producir películas cambia radicalmente: ahora, las productoras buscan filmes que generen impacto en el espectador, que no se puedan emitir en televisión y que la gente desee ver en la gran pantalla. Es precisamente la llegada de este nuevo medio lo que hace que la época dorada de Hollywood se desvanezca a finales de los años 50.
Ya en los 70 y con la aparición de nuevos directores como Coppola, Spielberg y Luca, que habían estudiado en escuelas de cine, trajeron una visión de lo que se conocería como el “mainstream”, con películas como El Padrino, Tiburón y Star Wars, consolidados éxitos de taquilla que transformaron la forma de hacer cine.
Imposición de la cultura americana
Hollywood está íntimamente ligada a la evolución de las nuevas tecnologías. Es decir, es la industria con la mayor capacidad para ejercer control mental, intelectual, de la imaginación y hasta de los sueños.
Gracias a este impacto, los americanos han conseguido ser los artífices de la forma de vida que tenemos los países occidentales. Nos han mostrado la manera de ver el mundo y entender la historia. Esto ocurre, por ejemplo, con el papel que desempeñaron los estadounidenses en la II Guerra Mundial y los estereotipos del “héroe” y “antihéroe”.
Los actores que desfilan en las alfombras rojas de Hollywood son conocidos mundialmente y su imagen y papeles en la gran pantalla ejercen una enorme influencia en los espectadores.
Para hacernos una idea, las grandes marcas pagan cantidades de dinero desorbitadas por aparecer en películas. La repercusión que genera un actor que lleva puesta una prenda determinada o consume sus productos es de una magnitud nunca antes vista.
BOLLYWOOD: canta, baila y sueña
Bollywood surge como un juego de palabras que se refiere a la industria cinematográfica de la India. Es una mezcla entre Hollywood y la ciudad de Bombay, el lugar en el que nace y se populariza la producción de estos filmes. Las características principales que hacen de esta industria un éxito son: su formato de larga duración (de entre 2 hasta 4 horas), sus escenas musicales y la introducción de varios géneros y recursos narrativos diferentes en una única producción.
Bollywood es la industria cinematográfica más grande del mundo, produciendo más de 1000 películas al año. La primera se estrenó en 1913 con el título de “Raja Harishchandra”, un largometraje mudo en blanco y negro que asienta las bases del desarrollo de la industria del cine en la India.
Pero no es hasta finales de los años 20 cuando verdaderamente comienza a consolidarse este nuevo fenómeno social, con la llegada de las primeras productoras de cine y directores que querían contar sus propias historias.
El auge es tal que ya en los años 40, la época dorada del cine Bollywood, comienzan a incorporar tramas más complejas, hasta tal punto que en 1955 la película “Pather Panchali” se convierte en el primer filme reconocido internacionalmente con el premio Cannes en la categoría de Mejor Documental Social, retratando las precariedades de una familia tradicional de brahmanes en la India post colonial.
Muchos tipos de Bollywood
Lo primero que cabe señalar es que no todo el cine que está hecho en la India es Bollywood. Se divide dependiendo de las regiones en las que se haya realizado la producción, ya que influyen temas como la cultura y la lengua. Por eso se puede hablar de Tollywood, cine bengalí, Mollywood, cine de Maleagon y Maharashtra y Kollywood, cine tamil de Bodambakkam.
Cada vez que observamos una película Bollywoodiense, nos asombramos por la cantidad de números musicales, escenarios inverosímiles y vestimenta que acompaña a los actores.
Otra de las características más importantes es la forma que tienen de abordar la trama: la combinación del romance exacerbado, el drama y el suspense; siempre acompañado de las coreografías hipnóticas que guían cada uno de los filmes.
La mayoría de películas tiene un presupuesto que no excede al millón de dólares pero, en ciertas ocasiones, pueden llegar hasta los 7, 8 o incluso 10 millones de dólares en el caso de tratarse de una superproducción.
¿Qué diferencia a estas dos gigantes del cine?
Por una parte, el cine indio trata de mostrar los sentimientos de una manera más propia del teatro que del cine. De hecho, tiene sus orígenes en el ámbito teatral. Por otra parte, mientras que el cine norteamericano se preocupa más por los rasgos psicológicos del personaje, el cine de Bollywood opta por dar un contexto completo, hasta tal punto que a veces en las películas no da tiempo analizar los comportamientos.
Una de las enormes diferencias entre el cine de Hollywood y Bollywood es que, mientras que al cine norteamericano lo que le importa es la recaudación en taquilla y los beneficios, el cine indio lo que persigue es influir en la gente, con esos valores y moralidad que muestran en las películas.
A la hora de hablar de los actores y actrices, en oriente, las mujeres siempre tienen que cumplir con unos cánones de belleza muy estrictos: apariencia virginal y muy jóvenes; la edad media de las chicas que comienzan a actuar ronda los 16/17 años, ya que sus carreras duran hasta que cumplen la madurez. Por el contrario, a los hombres únicamente se les exige una apariencia física estándar.
Nollywood: “Contamos nuestras propias historias”
Quizá la más desconocida de las tres, la industria cinematográfica de Nigeria, considerada la tercera más grande del mundo, es única en su categoría.
Caracterizada por su presupuesto ínfimo, grabaciones con cámaras digitales y producidas directamente en formato DVD-vídeo, sus películas se venden a los consumidores por solamente dos o tres dólares. La clave de su éxito revoca en dar a los espectadores lo que quieren ver: películas hechas por nigerianos sobre nigerianos. Satisfacer las necesidades de entretenimiento de bajo coste de las televisiones locales y de las audiencias hace de la industria cinematográfica de Nigeria una de las más rentables a nivel mundial.
Haciendo caso omiso del cine externo, Nollywood ha alimentado el apetito insaciable no solo del país más poblado de África, sino de todo el continente. El mercado se encuentra en expansión, a medida que la popularidad de las películas se expande por todas las regiones africanas.
Gracias a una tecnología digital accesible, dirigida por la inventiva, las ganas de crear y el agudo sentido comercial, hace que el tiempo promedio de producción de las películas no llegue a los dos meses. Las cintas se graban en unas condiciones que los profesionales de otros lugares considerarían imposibles, con presupuestos tan reducidos como 15.000 dólares.
A diferencia de occidente, las ventas son mucho mayores debido a la poca accesibilidad de la gente a Internet y dispositivos electrónicos, por lo que la venta offline consigue superar las 50.000 copias de una misma película o varios cientos de miles si se trata de un éxito comercial. Esta rentabilidad hace de Nollywood una de las industrias que más inversión atrae para la gente del país. En la actualidad y en determinadas zonas de Nigeria, la industria cinematográfica es la que más empleos nuevos genera cada año.
Revolución popular
Dentro de su extensísima filmografía, cabe destacar el trabajo de Chris Obi-Rapu “Living Bondage” que, estrenada en 1992, tiene el reconocimiento de haber sido el “filme madre” que devolvió las ganas a los nigerianos de ver producciones propias. El filme narra un melodrama familiar con una dosis de magia negra, convirtiéndose en un éxito rotundo, sentando las bases para futuras generaciones de directores y películas.
Toda la energía que transmiten las películas, la agilidad de creación y venta de contenido ha captado la atención de expertos en cine como Neely Tucker que defiende y alaba esta forma tan particular de realizar cine:
“Es una especie de revolución creativa popular en un continente donde se han contado historias durante generaciones pero que raramente se han llevado al cine.”
Aunque la mayoría de películas de Nollywood son unas grandes desconocidas para el público occidental y no tienen la calidad suficiente como para presentarse a los principales festivales internacionales, hay algunas pocas que han sobresalido del resto y han obtenido algún reconocimiento reseñable. Es el caso del filme Osuofina in London o Ezra, del director Newton Aduaka, que ha obtenido el primer premio en el Festival Panafricano de Cine y Televisión de Ouagadougou (FESPACO), celebrado en Burkina Faso.
Nollywood no es solo uno
Existe una idea falsa sobre Nollywood. Realmente no es una única industria, sino cuatro. La parte más conocida o la que más visibilidad tiene a nivel internacional es la industria anglófona debido, sobretodo, al tema lingüístico. Su centro de producción se encuentra en Lagos, la ciudad más poblada del país. Aunque el idioma sea el inglés, las historias de estas películas reflejan la ideología del pueblo “igbo”, perteneciente a las regiones del sudeste de Nigeria.
La segunda es la más antigua, remontándose a la década de los años 60 y 70. Las películas están en lengua yoruba, y a día de hoy se mantiene dentro de la industria cinematográfica creando filmes cada vez más complejos y crecientes en popularidad.
Después, existe otra industria en el norte del país, en manos de la población “hausa”. Esta es, quizás, la más diferente, ya que trae consigo influencias del mundo islámico, además de parecerse más a la industria de Bollywood por su películas llenas de bailes y canciones.
Y, finalmente, la última, que es la que engloba a todas esas pequeñas producciones de pueblos indígenas esparcidos por todo el territorio nigeriano. Estas piezas son las que constan de un menor presupuesto, con una menor duración (la mayoría no excede los 60 minutos) y generalmente en lengua edo.
Aunque a veces pueda llegar a ser complicado ponerse de acuerdo entre las cuatro industrias que conforman Nollywood, existe un Consejo Cinematográfico de Nigeria en el que están representadas las diferentes regiones con vistas a regular la industria cinematográfica en el país y ejercer presión sobre el gobierno.
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