Desde los inicios del cine hasta el día de hoy, no solo han ido evolucionando los equipos técnicos, los formatos, la calidad de la imagen… Sino también y, como no podía ser de otra manera, el soporte de grabación de imágenes. Un siglo de desarrollo cinematográfico ha dado lugar a varios de ellos. A medida que la tecnología iba avanzando surgían nuevas y mejores posibilidades. Realizamos un repaso desde el celuloide al streaming.
Película cinematográfica
La película de 35 mm dio forma a las primeras imágenes tal y como las conocemos hoy en día. Concretamente, la primera vez que se utilizó fue en 1889 cuando Thomas Edison y William Dickson usaron la película de 35 mm proporcionada por George Eastman fundador de Kodak.
El nombre proviene de que se cortaba el negativo en tiras de 35 mm de ancho. Estas llevaban cuatro perforaciones por cuadro en ambos lados, para que se reprodujera a una velocidad de 24 fotogramas por segundo. Este formato también se usa en fotografía con la diferencia de que las imágenes en cine se registran de forma vertical y en fotografía, de forma horizontal. Esto hace que en cine el tamaño de la imagen sea algo menor.
Este primer soporte de grabación de imágenes era una película de celuloide, el nombre comercial del nitrato de celulosa. Posteriormente, en 1950, se dejaría de lado para ser sustituido por las películas de acetato ya que el celuloide es altamente inflamable (como bien reflejó Cinéma Paradiso) y un material caro a la hora de producirlo.
Este soporte de grabación de imágenes ha sido muy utilizado durante décadas. Incluso, cuando aparecieron las cintas magnéticas no consiguieron hacerle sombra sino que coexistieron durante un tiempo. De hecho, todavía hay profesionales que deciden registrar imágenes en este soporte. A pesar de que es más caro y más complicado a la hora de enfrentarnos al montaje. En los orígenes, la edición se hacía de forma manual cortando trozos de película y empalmándolos con un celo especial que no se deforma ni se dilata con el calor. Actualmente, se escanea el negativo y se trabaja en edición no lineal. Además, la gran mayoría de los cines ya cuentan con proyección digital por lo que las posibilidades de distribución se reducen casi al completo. Sin embargo, se sigue comercializando para los más entusiastas.
Más adelante, se desarrolló la película de 70 mm con una gran calidad de imagen. Se grababa en 65 mm y se proyectaba con la película de 70 mm para poder añadir la pista de audio. Se utilizó en películas como Ben Hur pero cayó en desuso por ser un material caro y por requerir de equipos de proyección especiales. Además, la calidad que ofrecía respecto a las otras películas era casi imperceptible por nuestro ojo desde la butaca del cine. Ahora se utiliza solo para el formato de proyección IMAX.
Por último, otro de los soportes de grabación de imágenes fue la película de 16 mm. Usada por profesionales de cine con pocos recursos pero sobre todo en los inicios de la televisión. A nivel doméstico y aficionado encontramos películas de 8 mm y 9,5 mm.
Cinta magnética para grabación analógica
La aparición de las cintas supuso una revolución para la grabación de imágenes. La tecnología se basa en usar un material fotosensible que detecta la intensidad de la luz. Posteriormente, esta información se transforma en señales electromagnéticas que se registran en la cinta. Este soporte de grabación de imágenes ha ido evolucionando a lo largo de las décadas desde que apareciera en 1950. Recopilamos los más importantes:
- Formato de dos pulgadas (50,8mm): Se utilizó en la década de los 50 y hasta los 70. Las cintas tienen forma de carrete abierto y tenía una capacidad de grabación entre 60’ y 90’.
- Formato de una pulgada (25,4mm): Apareció a finales de los 70 y estuvo en uso hasta los años 90. También con forma de carrete abierto aunque esta vez su capacidad de grabación oscilaba entre los 30’ y los 100’.
- Formato de tres cuartos de pulgada (19mm): Conocida como U-Matic, el primer formato de videocasete que se puso a la venta. Fue utilizada en los mismos años que la anterior y su capacidad oscilaba entre los 10’ y los 60’. Su uso era semi profesional o industrial.
- Formato de media pulgada (12,7mm): Ya en los años 90. Aquí encontramos los míticos VHS, el formato más profesional BETA o el VD2000. Entre ellos difieren en la distribución y amplitud de las bandas de las cintas.
Cinta magnética para grabación digital
La llegada del digital provocó, como es lógico, la aparición de otros soportes de grabación de imágenes. Se siguieron utilizando cintas magnéticas pero con un funcionamiento distinto; las imágenes se registran en forma de datos digitales, es decir, se graba información numérica en cada píxel (ceros y unos). La grabación digital sobre cinta magnética mejoró la calidad de las grabaciones y redujo los dropout o errores de escritura que se producían en el sistema analógico. Algunos de los principales formatos de grabación digital son:
- D1: De SONY. 4:2:2 por componentes 10 bits. Utiliza una resolución de 720×576 en sistema PAL.
- D5: Panasonic. 4:2:2 por componentes 10 bits. Es utilizado también para grabar en Alta Definición.
- Betacam Digital: Standard Sony de vídeo digital de alta calidad. Utiliza una resolución de 720×576 en sistema PAL. JVC desarrolló su competidor directo, Digital S (D9).
- DV: Vídeo digital utilizado principalmente en equipos ligeros de periodismo electrónico, llamado también ENG (Electronic News Gathering). Generalmente graba en una cinta de ¼ de pulgada. Tanto Sony como Panasonic han creado sus propias variantes: DVCAM y DVCPRO, respectivamente.
A principios de los 2000 se desarrolló el soporte de grabación de imágenes en HD para televisión. Estos son los distintos formatos:
- D5 HD: modificación del formato de Panasonic D5 para Alta Definición.
- D6 HDTV VTR: Estándar de Philips.
- D9 HD: JVC modificación del formato D9 DigitalDS para HD.
- HDDD-1000: cinta de carrete abierto utilizada por Sony.
- HDCAM: cinta de Sony, versión del formato Betacam Digital.
Las cintas han terminado siendo una tecnología en desuso. Su principal desventaja es que el sistema de edición de vídeo sigue siendo lineal. Además, han de ser almacenadas en un lugar donde no entren en contacto con otros campos electromagnéticos ya que esto podría borrar parte de la información.
Tarjetas de memoria
Si echamos la vista atrás, hasta los años del celuloide, las tarjetas de memoria han sido toda una revolución para los soportes de grabación de imágenes. Por su ligereza, porque son reutilizables, por su alta capacidad de grabación… Por agilizar muchísimo el flujo de trabajo al poder volcar los archivos directamente en el ordenador. Y, por supuesto, por decir adiós a la edición lineal.
Por primera vez, las tarjetas permiten almacenar la información de vídeo directamente sobre archivo digital. Su funcionamiento se basa en grabar los datos en la memoria flash, un tipo de memoria no volátil que los conserva incluso con la pérdida de energía eléctrica.
Las tarjetas más utilizadas para video son las SDHC y las CF. En video profesional por ejemplo, uno de los sistemas que se adoptó es el P2 de Panasonic. Esto es un dispositivo de memoria de estado sólido que proporciona una fiabilidad excelente, altas velocidades de transferencia, capacidad de reescritura y mayores tiempos de grabación.
Discos duros
En 2004 JVC lanzó al mercado las primeras cámaras con disco duro. Desde entonces se han convertido en un excelente soporte de grabación de imágenes. Su principal ventaja es la gran capacidad de almacenamiento que ofrecen, lo que nos permite grabar lo que queramos a la máxima calidad posible. Por supuesto, también encontramos discos duros externos para acoplar a la cámara. Una buena solución si vamos a rodar con trípode ya que suman peso al equipo.
Los discos pueden ser HDD o SSD. Los primeros utilizan el magnetismo para grabar los datos mientras que los SSD almacenan los archivos en microchips con memorias flash interconectadas entre sí. Estos últimos son más modernos y por lo tanto más caros, pero no se verán afectados por un campo magnético que pueda eliminar información. Puedes consultar esta tabla comparativa para saber cuál te conviene más.
Streaming
Llegamos al final del recorrido. El último soporte de grabación de imágenes no precisa soporte. Curioso, ¿verdad? La retransmisión vía streaming trabaja utilizando un buffer de datos creado en el ordenador del usuario con acceso a internet. En este buffer se almacena la información de manera temporal mientras el usuario está retransmitiendo. Una vez finalice la sesión el buffer es eliminado automáticamente, aunque existe la opción de guardarlo en el ordenador.
De momento, hasta aquí ha llegado el desarrollo en los soportes de grabación. Sin embargo, la tecnología evoluciona cada vez más rápido. ¿Qué nos depararán los próximos años?
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