Desde las primeras pinturas rupestres, el ser humano ha mostrado siempre un gran interés por el arte y por mostrar movimiento a través del mismo. Estos dibujos fueron el primer método al alcance de la sociedad para contar historias que perdurasen en el tiempo. Muchos años más tarde, estas pinturas evolucionaron en imágenes en movimiento que servirían para contar historias con todo tipo de mensajes o simplemente con el fin de entretener al espectador. Tras la invención de varios juguetes y artilugios que daban la sensación de animar los objetos mediante efectos ópticos, surgió el primer cine de animación. En Welab, hacemos un repaso a la historia de este género ¿Nos acompañas?
Walt Disney y la aparición de Mickey Mouse
Sin duda, el padre de la animación tal y como la conocemos hoy en día es Walt Disney. En 1923, el hasta entonces caricaturista, se inclinó por el cine de animación, apostando por él tras mudarse a Hollywood y fundar Disney Brothers Studio. Más tarde pasaría a conocerse como The Walt Disney Studios. Junto al dibujante Ub Iwerks, creó al ratón más famoso del cine: Mickey Mouse. El ratón debutó con el corto “Plane Crazy” (1928), pero se ganó el amor del público con el primer corto sonoro “Steamboat Willie” (1928).
Tras el Crack del 29, los ánimos de la sociedad habían decaído, pero los cortos de Disney estaban cargados de positividad, lo que hicieron que no cayeran en el olvido. De los lápices de sus trabajadores nacieron personajes tan carismáticos como Donald, Goofy o Pluto.
Años más tarde, Walt Disney incluyó por primera vez el sistema Technicolor en su corto “Flower and Trees” (1932), esto le hizo ganar el Oscar a Mejor Cortometraje de Animación. Fue cinco años más tarde cuando realizó el primer largometraje de la compañía “Blancanieves y los siete enanitos” (1937), toda una revolución para la animación debido a su carácter más cinematográfico. A lo largo de su carrera, Walt Disney consiguió realizar un cine apto para niños y adultos, que transmitía unos valores positivos e innovaba en sus historias. En esta época dorada surgen películas como “Pinocho” (1940), “Fantasía” (1940), “Bambi” (1942) o “El libro de la Selva” (1967), la última película supervisada por el propio Walt.
Durante los años 70 y 80, Disney no consiguió mantener el nivel de éxito de sus primeras producciones. Pero esto mejoró con el estreno de “La Sirenita” (1989). Aquí comenzó la segunda etapa de oro de Disney, con películas como “Aladdín” (1992) o “La Bella y la Bestia” (1990). Esta última fue la primera película animada nominada a Mejor Película en los Oscar.
Pero no todo era Disney..
Otros estudios contaban con sus propios personajes animados, que también cosecharon un gran éxito entre el público. Entre ellos podemos destacar a la Warner Brothers Studios, con sus característicos “Looney Tunes” (1930), encabezados por el conejo más famoso del celuloide: Bugs Bunny.
Uno de sus dibujantes, Fritz Freeleng, abandonó los estudios y co-fundó el suyo propio, llamado De Patie-Freeleng Enterprises. Este estudio fue el responsable de crear otro de los personajes más icónicos de la animación, “La Pantera Rosa» (1969).
La Metro-Goldwyn-Mayer no quiso quedarse atrás en el terreno de la animación y contaron con el dúo de animadores William Hanna y Joseph Barbera para crear a “Tom & Jerry” (1940). Esta pareja de animadores también fue la responsable de dar vida a “Scooby-Doo” (1969) y a “Los Picapiedra” (1960).
El animador estadounidense Ralph Bakshi creó “Fritz the Cat” (1972), la primera película animada en recibir calificación X. Años más tarde animaría “Lord of the Rings” (1978). Otro de los grandes animadores americanos es Don Bluth, ex trabajador de Disney y creador de “Fievel y el Nuevo Mundo” (1986) y “En busca del valle encantado” (1988).
La animación japonesa y Miyazaki
La animación japonesa, o anime, merece un capítulo aparte. En Japón, a principios del siglo XX, se empleaba una técnica llamada utsushi-e que consistía en usar diapositivas y proyectores de madera para añadir movimiento a las figuras. Esta técnica se fue mejorando y dio lugar a varias películas de animación, consideradas las primeras de la animación japonesa.
A mediados de los años 30, los animadores japoneses decidieron aumentar la calidad de su obra para poder competir directamente con las grandes compañías americanas. Durante la Segunda Guerra Mundial, el gobierno japonés decidió utilizar esta técnica para crear películas animadas con fines educativos y propagandísticos.
En el año 1958 la Toei Company, fundada veinte años antes, realizó el primer largometraje completamente a color llamado “Hakujaden: La historia de la Serpiente Blanca” (1958). En esta película Hayao Miyazaki, futuro co-fundador de Studio Ghibli, trabajó de animador y diseñador de escenarios.
Con la llegada de la televisión a los hogares, el anime ganó repercusión en el país nipón. En la época de los años 70 surgieron varios estudios de animación. También en esta época surgió el género “mecha”, cuyo máximo exponente fue “Mazinger Z” (1972).
En 1985, los directores Hayao Miyazaki e Isao Takahata y el productor Toshio Suzuki fundaron uno de los más reconocidos estudios de animación japonesa de la historia: Studio Ghibli. Entre las películas creadas por el estudio destacan “La princesa Mononoke” (1997), “El castillo ambulante” (2004) o “El viaje de Chihiro” (2001) ganadora del Premio Oscar a Mejor Película de Animación.
En los siguientes años, el anime ganó aún más éxito y a día de hoy es una de las industrias más prolíficas existentes en todo el planeta. Incluso existen plataformas de streaming, o secciones dentro de las más conocidas, dedicadas a este género.
La animación digital
A mediados de los 90, Disney volvió a sorprender con el primer largometraje creado en su totalidad mediante animación digital. Hablamos de “Toy Story” (1995), obra de la compañía Pixar. A lo largo de los años Pixar ha seguido creando historias mediante una animación digital perfecta, pero sin dejar de lado las historias y sus personajes. “Monstruos S.A.” (2001), “Cars” (2006) o “Coco” (2017) son algunas de las películas creadas por la compañía.
Esto, sirvió de ejemplo para otras compañías. Dreamworks creó una de las cintas animadas digitalmente más exitosas de la historia, “Shrek” (2001). A su vez, Blue Sky Studios fue responsable de “Ice Age” (2002). Otra de las cintas más exitosas de los últimos años ha sido “Gru: Mi villano favorito” (2010) creada por la empresa Illumination.
¿Y en España?
En España, la animación comienza a tomar importancia después de la Guerra Civil, usándose para fines publicitarios. Más tarde, comenzó a aplicarse en formatos de entretenimiento familiar. Series infantiles animadas como “D’Artacan y los tres mosqueperros” (1981), “La vuelta al mundo de Willy Fog” (1983) o “David, el gnomo” (1985) fueron las más destacadas durante los años 80.
A finales de los 90, la animación española entró en la era digital y comenzó a realizar sus primeros proyectos. Años más tarde, llegaría su consagración con la película “El Bosque animado” (2001), ganadora de dos Goya. Además, la productora Zinkia Entertainment fue la responsable de crear una de las series de animación digital más reconocidas en todo el mundo: “Pocoyó” (2005).
En Welab, hemos querido hacer una selección de películas de animación española.
- “Planet 51” (2009), un planeta alienígena es invadido por un astronauta humano que deberá regresar a su nave para poder volver a casa.
- “Chico y Rita” (2010), este homenaje al jazz latino cuenta la historia de amor entre un pianista y una cantante con las ciudades de La Habana, París y Nueva York como escenario principal.
- “Las aventuras de Tadeo Jones” (2012), narra las aventuras de Tadeo, un trabajador de la construcción que es envíado por error a Perú tras ser confundido con un famoso arqueólogo. Es la película de animación española más taquillera de la historia.
- “Klaus” (2019), versión alternativa de la historia de Papá Noel. Jesper, el nuevo cartero de un pueblo situado en el círculo polar, se hace amigo de un misterioso carpintero.
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