Hay películas cuyos rodajes se convirtieron en una pesadilla para el equipo que participó en ellos. Cuentan las leyendas auténticas catástrofes sucedidas en el set o incluso después del estreno. Una serie de casualidades (o no) que han hecho que ciertos films se consideren desde entonces películas malditas. Porque a veces el cine de terror supera la ficción.
La leyenda negra de El exorcista
En la década de los 70 hubo un boom de las películas sobre maldiciones y posesiones. La más famosa de todas ellas es El exorcista, estrenada en 1973 en Estados Unidos aunque a España llegó en 1975. El Exorcista se considera una de las películas malditas por excelencia. Nunca sabremos si lo que ocurrió en el rodaje y en los meses posteriores fue casualidad o intervenciones del mismísimo diablo.
Uno de los datos más impactantes es que la fecha de rodaje se tuvo que retrasar por un incendio que arrasó con los decorados de la casa de los MacNeil. Con todos ellos excepto con la habitación de Regan. ¿Casualidad? ¿O es que el demonio no quiso destruir su propio hábitat? Juzguen ustedes.
Además, a El exorcista le rodean una serie de muertes. Los actores Jack MacGowran y Vasiliki Maliaros murieron con la película todavía en la sala de posproducción. Al conocerse que sus personajes también morían en el filme, la coincidencia era un poquito más siniestra de la cuenta. Otros siete miembros del equipo murieron antes de que la película se estrenara, algunos por causas no muy claras, otros, como un celador, acribillado a balazos.
Pero la película maldita afectó también a las familias de los participantes en el rodaje. Fallecieron el abuelo de Linda Blair y el hermano de Max Von Sydow, que además, falleció el primer día de rodaje. Y para acabar con las desgracias asociadas a familiares, en 1987 la actriz que había puesto voz al demonio Pazuzu, Mercedes McCambridge, vivió una nueva tragedia cuando su hijo asesinó a su esposa y a sus hijos antes de suicidarse.
Otra de las coincidencias demoníacas de El exorcista es que la postproducción de la película se realizó en el número 666 de la Quinta Avenida de Nueva York. Por último, en la década de los 70, se acusó a la película de provocar numerosos suicidios en espectadores que no fueron capaces de asimilarla.
La saga Poltergeist
Continuamos con la lista de películas malditas; películas perseguidas por una serie de desastres, defunciones y extrañas coincidencias. En esta no podía faltar Poltergeist, estrenada en junio de 1982. Al contrario que en El exorcista, en esta no ocurrió nada extraño durante el rodaje. De hecho fue de lo más tranquilo. Las catastróficas desdichas ocurrieron a posteriori. Tal vez cuando los espíritus fueron a verla al cine.
Dicen las leyendas que la maldición comienza porque se utilizaron esqueletos humanos reales durante el rodaje de la escena de la piscina. La primera víctima fue Dominique Dunne, que interpretaba a la hermana mayor de la familia, y que murió a manos de John Swenney (su expareja en la vida real), tan solo 4 meses después del estreno. De hecho, la secuela de Poltergeist está dedicada a su memoria.
En esta segunda parte aparece un personaje terrorífico, el Reverendo Kane. El actor que le daba vida, Julian Beck, falleció pocos días después de terminar el rodaje. Aunque murió por un cáncer de estómago que ya tenía en estado avanzado cuando rodó la película, pero claro, eso no se comenta mucho, pues no ayuda a la leyenda.
Y para colmo tras la tercera entrega, la maldición de Poltergeist se cebó con Heather O’Rourke, la pequeña Carol. Falleció con tan solo 12 años por un paro cardiaco precedido de una obstrucción intestinal, como consecuencia de un patología de nacimiento que entonces no fue identificada, y que años más tarde sería diagnosticada como la enfermedad de Crohn.
La profecía (1976)
La profecía estrenada en 1976 se considera una de las grandes películas de terror satánico junto a El exorcista y La semilla del diablo. Y como en la primera, la intervención del diablo fue más allá de la ficción. En La profecía obra de Richard Donner asistimos al nacimiento y primeros años del hijo del diablo, bajo la identidad de Damien Thorn, vástago del embajador de los Estados Unidos en el Reino Unido.
Todo en La profecía parecía apuntar a la presencia real del diablo. En una buena estrategia de marketing que haría enfadar al espíritu maligno se estrenó el 6 de junio de 1976. Osea, el 6 del 6 del 76. Pero antes de eso, durante el rodaje su protagonista Gregory Peck fue impactado por un rayo y tan sólo horas después el avión en el que viajaba el guionista de la película también fue alcanzado por un rayo.
El equipo decidió entonces alquilar un jet privado, pero finalmente decidieron no subir y se usó el pasaje como vuelo comercial. El avión despegó sin ellos y en pocos minutos se estrelló contra un automóvil que acabó con la muerte de todos los pasajeros. Si eso no es razón suficiente para pensar que algo raro pasaba, el productor de la cinta se salvó de una bomba puesta por el grupo terrorista IRA en su hotel.
Además, unos meses después del estreno el encargado de los efectos especiales, John Richardson, sufrió un accidente de coche en Holanda y su asistente Liz Moore murió decapitada, igual que en una de las escenas de La profecía. Tras el choque Richardson, conmocionado, levantó la vista hacia la carretera y vio un cartel de tráfico que rezaba ‘Ommen 6,66’. La película en su versión original se llama ‘The Omen’. Ups.
Pero no sólo los humanos padecieron la maldición. Los animales son especialmente sensibles a las presencias paranormales. Pues bien, para ciertas escenas se necesitaba contar con la presencia de unos felinos. Cuando llegaron al rodaje se pusieron tan tensos que atacaron a su cuidador. ¿Sería simplemente una respuesta común en el comportamiento de un animal salvaje?
La semilla del diablo (1968)
Entre las películas malditas destaca esta dirigida por Roman Polanski. Un film que instauró una nueva manera de generar miedo a través del suspenso. Un clásico que se ha considerado maldito desde entonces. Charles Manson fue el artífice de la leyenda negra de esta película, al asesinar brutalmente a la mujer de Roman Polanski: Sharon Tate. Esto envolvió todo en un ambiente de satanismo y oscuridad.
Además, La semilla del diablo fue rodada en un edificio considerado maldito en Nueva York; el edificio Dakota. Las leyendas sobre él eran muchas, y todas bastante perturbadoras: desde rituales de magia negra hasta psicofonías y apariciones del mismísimo Boris Karloff (actor que dio vida al Monstruo de Frankenstein) que vivió y murió en el edificio. Además, años más tarde, John Lennon fue asesinado junto a este edificio.
Una de las principales víctimas de la maldición del bebé de Rosemary fue Krzysztof, el compositor de la película. Un año después del estreno, el compositor de 37 años, mientras celebraba una fiesta en su casa, resbaló y cayó, quedando en coma durante 4 meses, que fue la misma aflicción a la que sometían las brujas del libro al amigo sospechoso de la protagonista. Nunca volvió a despertar y murió al año siguiente.
Estas son las principales películas malditas o por lo menos aquellas cuyas leyendas han perdurado a lo largo de las décadas. Pero encontramos ejemplos muy variados, las catástrofes en los rodajes se suceden. En la película El Cuervo, Brando Lee muere de un disparo accidental en pleno rodaje por un arma de fogueo. Un fallo humano en la carga de la munición la convirtió en un disparo mortal. Este hecho se ha repetido recientemente en el rodaje de Rust, donde el actor Alec Baldwin en un error fatal ha acabado con la vida de la directora de fotografía Halyna Hutchins.
El conquistador de mongolia (1956) se filmó en un lugar donde antes se realizaban pruebas con bombas nucleares por lo que había niveles muy altos de lluvia radiactiva. Años después casi la mitad del equipo de rodaje contrajo cáncer. O alguno de los más recientes: durante La pasión de Cristo (2004) a Jim Caviezel, actor que daba vida a Jesucristo, le cayó un rayo en la escena del Monte de los Olivos.
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