Ni qué decir tiene que hablar de óptica de cine y objetivo de fotografía no es hablar de lo mismo. Es más, quizá, la relación, más allá del aspecto, sea de lo más lejana. Y como en Welab ya nos han preguntado, en este sentido, más de una vez, entendemos que es necesario hacer un listado de diferencias tratando de dejar claros algunos conceptos básicos.
Chicos, chicas, no todos los objetivos existentes son iguales. Ni siguiera en la gama de una sola marca. Existen mucha variedades de aperturas y distancias focales, pesos, tamaños o nuevas cualidades en función de aquello para lo que vayas a usarlas. Hasta aquí, más o menos, todos lo controláis pero el objetivo de este blog, nunca mejor dicho, es otro: entender cuáles son las diferencias entre una óptica cinematográfica y una sólo para fotografía. Sí, tiene prestaciones diferentes.
Primero, y principal, el diafragma
La primera de las grandes diferencias es, sin duda, la apertura de diafragma. Una obviedad: en los objetivos de fotografía, ya sabemos que, está indicado con la letra F. Otra cosa es que el valor que indica en cada caso responda, con mayor o menor exactitud, a la realidad sea cual sea la marca. En este sentido, os adelantamos que Dx0mark es una web de referencia que aporta calificaciones de calidad de imagen para cámaras y objetivos haciendo una valoración más real de la luminosidad en cada caso que, por lo general, suele ser algo menor que lo que indican el fabricante.
Pero ¿pasa esto con las ópticas de cine?. La respuesta es no. Rotundamente no. La F se cambia por una T, su precisión es mayor porque determina en tercios la cantidad de luz real y ello supone que cualquier objetivo debe transmitir la misma cantidad de luz exacta por la posibilidad de usar diferentes objetivos de diferentes fabricantes en una misma producción. Dicho de forma sencilla, objetivos distintos con T2.0 transmitirán, todos, igual cantidad de luz.
Otra diferencia radica en el recorrido más o menos largo de los anillos de diafragma. Lejos del movimiento de éste en tercios o diafragmas enteros en la fotografía convencional, en cine es necesario evitar bruscos cambios de luminosidad entre escenas por lo que su recorrido es más largo facilitando realizar movimientos con más cadencia y, sobre todo, fluidez.
La estandarización y usabilidad de los objetivos cinematográficos
En el aspecto exterior encontramos la que sería tercera diferencia. Si bien es cierto que en fotografía los objetivos suelen ser muy diferentes entre marcas, esto no ocurre en las ópticas de cine que deben mirar más hacia una estandarización que evite problemas entre ópticas o con el ajuste de accesorios ralentizando el rodaje, con lo que ello supone. Por eso, suele ser habitual que haya similitudes en cuanto a diámetros, pesos y diseños. Pero, bien es cierto, que no siempre es así; sólo hay que ver algunos rehousing.
Al hilo de esta diferenciación, es importante mencionar la facilidad y el usabilidad que deben tener las ópticas cinematográficas alejándose de la falta de patrones de aquellos fotográficos que persiguen, más que nada, una diferenciación comercial. Con las cinematográficas la terminología, los controles o la información están pensadas para la comodidad que aporta la estandarización y los patrones del sistema, sea cual sea el fabricante.
Diferencias de construcción internas y externas
A nivel interior, el zoom interno y la respiración de foco son otras dos variables a tener en cuenta. En el primer caso, mientras que en los objetivos fotográficos el zoom suele ser externo y se mueve para adelante y para atrás, las ópticas de cine consiguen mantener un diseño exterior que, en ningún caso, varía permitiendo con ello el uso de filtros y otros accesorios acoplados a lo que se suma una reducción importante de vibraciones. En el segundo caso, la respiración de foco, en las ópticas de cine es inexistente. Mientras que las lentes varifocales utilizadas en fotografía respiran, al variar la distancia focal también varía el enfoque, en cambio, las lentes parfocales utilizadas en cine y vídeo soportan cambios en el zoom sin que afecte al encuadre o al enfoque gracias a su construcción interna de sus lentes.
Por último las necesidades de uso de uno y de otro también establece diferencias y eso marcará su construcción. Una óptica de cine debe estar preparada para rodar en condiciones complejas ya sea de frío o calor durante jornadas largas de trabajo y además de un sellado perfecto para evitar humedad, entrada de polvo… la cobertura exterior debe ser de gran resistencia ante golpes o, las tan temidas, caídas.
Como veis, que parezca lo mismo no significa que lo sea y, nosotros, en un intento de aclarar conceptos creemos a veces es necesario hacer un repaso para saber qué es qué. Aunque, en Welab, tenemos claro que casi todos 😉 ya lo sabéis.
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