Llegan los años 90 a Welab. Como en otras ocasiones, hacemos un repaso sobre la historia del cine. Hasta ahora habíamos hablado sobre las décadas de los 50, 60, 70 y 80. Así que, continuemos con la línea del tiempo, ¿nos acompañas?
Los años 90 son una época marcada por los DVD´s y por pasar tardes enteras en los ya extinguidos videoclubs. Hay que recordar primero que en los años 80 llegan los VHS, Internet y se consolida el término blockbuster. Además, es un momento importantísimo a nivel mundial porque termina con la caída del Muro de Berlín en 1989. Esto provoca un cambio en la forma de ver el mundo, se abren fronteras y se potencia el cine transnacional. Y como sucede siempre en la historia, el contexto sociopolítico y cultural influye en el arte y por ende, también en el cine.
Así, los años 90 arrancan muy fuerte, especialmente en Estados Unidos, “la tierra de la libertad” que, bajo el gobierno de Bill Clinton, experimentó un periodo de crecimiento económico. Disney estaba en proceso de cambio y resurgimiento. Steven Spielberg no paraba de producir obras que hoy podemos llamar clásicos. Y Quentin Tarantino se preparaba para despegar dentro del mundillo.
Fotograma de la película «Parque Jurásico» (1993)
Durante esta época los artistas que consolidaron el Nuevo Hollywood, Spielberg, junto a Martin Scorsese, Francis Ford Coppola (posteriormente su hija Sofia Coppola), Steven Spielberg, George Lucas, Dennis Hopper, Paul Thomas Anderson, entre otros, seguían filmando algunos de los que son sus mejores trabajos. A ellos, hay que sumar a sus herederos, aquella generación de revolucionarios cineastas, que nacieron a finales de los años 60 y comienzo de los 70, que empezaron a hacer cine en los años 90.
El libro del historiador Carlos F. Heredero, “La década prodigiosa. Cine americano. Años 90” (2018, Caimán/Seminci), analiza la filmografía de éstos y más cineastas, pasando por las anteriores y posteriores generaciones, y sus influencias. Además, describe este momento como una época marcada por productos de consumo rápido y por la cultura pop irreflexiva.
Los grandes estudios descubrieron la rentabilidad de la película más allá de la proyección en las salas. Los Best-Sellers del momento fueron filmados y llevados a la gran pantalla. Los efectos especiales acabaron convirtiéndose en un sello distintivo de la ciencia ficción y el thriller de acción. Así, también se trasladaron las historias de los videojuegos, con la misma intención comercial. Gracias al vídeo doméstico y el merchandising, se crearon universos con varios productos derivados. Y aprovechándose del auge económico, muchos actores de primera fila pasaron a ser productores y directores.
Fotograma de la película «Uno de los nuestros» (1990)
Pero antes de seguir hablando de los años 90, debemos mencionar, la película inaugural de la década. “Uno de los Nuestros” (1990), de Martin Scorsese, galardonada en numerosas ocasiones, es un guión coescrito por Nicholas Pileggi. Consideramos varios factores a la hora de elaborar este resumen, y esta obra de Scorsese ha sido escogida porque ha dejado una huella cultural.
Todavía, a día de hoy es imposible pensar en este film sin recordar aquel llamativo plano secuencia. Todo un hito para la historia del cine. Un gran ejemplo de un buen trabajo en equipo. Montaje interno, guión, dirección, fotografía… fluyendo y componiendo con coherencia.
Unos años después llega “Reservoir Dogs” (1992), demostrando los nuevos modos de narrar y de pensar, influenciados por el contexto sociopolítico y cultural. Por primera vez, se le da más importancia al diálogo que a la acción, y se estiliza la violencia, planificada de manera dinámica. A este tipo de estilo de narrar se suman también Tony Scott, Robert Rodríguez y Oliver Stone. Poco después, se realiza el primer largometraje de animación digital. Una filial de Disney, Pixar Animation Studios, produce “Toy Story” (1995), convirtiéndo a la película en todo un hito para la historia del cine de animación.
Y en resumen, añadiendo más películas de los años 90 en Estados Unidos, están “El silencio de los corderos” (1991) de Jonathan Demme, “Sin perdón» (1992) de Clint Eastwood, “Drácula de Bram Stoker” (1992) de Francis Ford Coppola, “Pulp Fiction” (1994) de Quentin Tarantino, “Carretera perdida” (1996) de David Lynch, “Titanic” (1997) de James Cameron o “Magnolia” (1999) de P.T Anderson, entre otras.
Fotograma de la película «Pulp Fiction» (1994)
En cuanto al cine europeo, durante los años 90, se ofrecieron films menos espectaculares. Dentro de las grandes superproducciones, destaca el cine galo. Así es, Francia destacó gracias a cineastas como Jean Marie Poiré, cuyas comedias son de las más visionadas en la época. Y Jean Jacques Annaud, que es el más conocido a nivel internacional.
En España, los años 90 trajeron mucha variedad de técnicas, temas o estilos. Desembarca Telecinco en España y trae consigo, no sólo dinero para nuevas producciones, como nuevos formatos, entre ellos la telerrealidad. Asimismo, empieza a reconocerse dentro del panorama internacional. Actores como Jordi Mollá, Penélope Cruz, Antonio Banderas o Javier Bardem logran incursionar con fuerza en Hollywood. Además, en España se ruedan películas como «Tesis» (1996) «Barrio» (1998) o «La lengua de las mariposas» (1999).
Fotograma de la película «La lengua de las mariposas» (1999)
Actualmente ya no utilizamos el DVD, ni pasamos el rato en videoclubs, pero éstas herramientas fueron el preludio de lo que hoy en día representan las plataformas y las nuevas experiencias de ver cine. La llegada de internet, ha marcado una revolución cultural que ha afectado en la forma de proyección y transmisión audiovisual para los años venideros.
Es cierto que muchos prefieren otras décadas al cine de los años 90. Muchos críticos lloran por un cine que ya no volverá. La historia está en constante cambio, le pese a quien le pese. Y aunque hay ejemplos como Billy Wilder, Alfred Hitchcock, Dalton Trumbo, Steven Spielberg, Francis Ford Coppola, entre otros, que son irremplazables . En cierto sentido, es lo que ha servido de inspiración para que otros grandes cineastas puedan desarrollar su arte. Y en su conjunto, todos, han aportado al Séptimo Arte. Tanto lo bueno como lo malo quedarán para siempre registrados.
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