Para hablar del concepto teoría del color, primero debemos explicar qué es el color y cómo se generan los colores que conocemos. Si nos documentamos con el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española en la mano, descubriremos que en su primera definición habla de que el color es una <<Sensación producida por los rayos luminosos que impresionan los órganos visuales y que depende de la longitud de onda>>.
El mundo, de por sí, es incoloro y hasta podríamos afirmar, que los colores que vemos a diario no existen, son solo una percepción. Entonces, ¿Cómo percibimos los colores? Los distinguimos gracias a los rayos luminosos que rechazan los objetos. Así, el ojo humano capta los rebotes de luz, los cuales tienen diferentes longitudes de onda que no son absorbidas por el objeto.
Esos estímulos que llegan hasta el órgano de la vista, son los que nos producen una sensación de color. De lo contrario, si el objeto fuese invisible, la luz lo atravesaría y no podríamos ver nada. Por lo tanto, consideramos que el color se crea a partir de la descomposición de la luz blanca procedente del sol o de una fuente luminosa artificial. Y esos rayos harán que varíe el color, en función de su intensidad o la forma en la que son reflejados.
Un Poco de Historia…
Aunque pueda parecer que las teorías del color siempre han existido, no siempre ha sido así. Las pinturas en las cavernas en la prehistoria, los egipcios creando pigmentos permeables a partir de minerales… Incluso Leondardo da Vinci hablaba de los inicios del color en sus anotaciones. Pero no fue hasta el siglo XVIII cuando la teoría del color comenzó a tomar forma. Newton fue de los primeros en participar de la investigación sobre el color. En su libro Opticks, en el año 1704 ya hizo un importante avance al demostrar que la luz estaba formada por diferentes colores.
Posteriormente, el poeta alemán Johann Wolfgag von Goethe elabora ‘La teoría de los colores’ y el químico francés Michel Eugene Chevreul ‘La ley del contraste simultáneo’. Dos publicaciones que resultaron fundamentales a la hora de desarrollar la teoría del color. Por aquellos tiempos, la teoría del color se basaba únicamente en que los colores primarios RYB (rojo, amarillo y azul) eran los únicos capaces de mezclar todas las tonalidades. Fue más tarde cuando los académicos cambiarían a dos nuevos modelos: CMY (cyan, magenta y amarillo) y RGB (rojo, verde y azul).
Y ya en el 1901, la artista y escritora Emily Noyes Vanderpoel, desarrolló un revolucionario manual sobre el color bajo el nombre ‘Color Porblems’. En él, la escritora hizo una observación general del mundo y se sirvió de cuadrículas para desglosar los colores encontrados que encontró en cada objeto.
“Los colores son actos de la luz, actos y sufrimientos.”
Johann Wolfgang von Goethe.
La Importante Aportación de Isaac Newton:
La luz blanca está compuesta por tres colores básicos: azul, verde y rojo. Corría el año 1665 cuando el físico Isaac Newton estableció un principio que hasta el día de hoy es aceptado: la luz es color. Una conclusión a la que llegó gracias a un experimento. El físico hizo pasar un rayo de luz a través de un orificio en una habitación oscura, para que con una inclinación determinada, atravesara un prisma de vidrio. La luz se reflejó en una pared a siete metros de distancia y en aquella superficie, aparecieron los colores, como el azul celeste, violáceo, verde, amarillo rojo púrpura y rojo anaranjado. Un fenómeno que contemplaremos con frecuencia en nuestro día a día, tanto en el borde de un cristal, como en lo que comúnmente conocemos como arcoiris.
Con la salida del rayo de luz, obtuvo el espectro visible de la luz solar, demostrando así que ésta, está compuesta por infinidad de rayos simples con distintos ángulos de refracción cada uno. Newton consiguió descomponer la luz en colores de espectro.
Dos Teorías
En este punto, encontramos dos teorías al respecto: la teoría de síntesis aditiva y la de síntesis sustractiva.
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Teoría de la síntesis aditiva
Se trata de un modelo que busca explicar cómo podemos obtener colores a partir de su combinación con otros. Esta teoría sostiene que existen tres colores que reciben el nombre de primarios: rojo, verde y azul. Estos tres colores también los conocemos como colores RGB y si vamos mezclando unos y otros, obtendremos como resultado colores secundarios.
Esta teoría también demuestra que si combinamos los tres colores primarios a la vez, la muestra resultante será el blanco. Y por el contrario, si mezclamos los tres colores secundarios, obtendremos el negro.
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Teoría de la síntesis sustractiva
Esta segunda teoría tiene más que ver con la forma en que nos referimos al color como pigmentos, como pintura. Los pigmentos absorben parte de las radiaciones de la luz, y dependiendo de la radiación que absorban, los veremos de uno u otro color. Y por lo tanto, cuantos más pigmentos mezclemos, más oscuro será el color que obtendremos.
Según el modelo, el color del objeto vendría determinado por las partes del espectro electromagnético que son reflejadas por él. Y para que eso ocurra, es necesaria la presencia de tres componentes: que exista una fuente de luz, una muestra u objeto y un detector (que en nuestro caso, serían los ojos).
Si hablamos de síntesis sustractiva, aquí los colores primarios son magenta, el amarillo y el cyan. Es una teoría muy útil dentro del mundo de las artes plásticas o la pintura decorativa
Propiedades del Color
Dentro de la teoría del color encontramos las propiedades de los colores; atributos que cambian y que hacen único a cada uno de ellos. Así, debemos hacer una diferenciación entre:
El tono: Es el color en sí mismo. Esta cualidad, define la mezcla de un color con el negro o el blanco. De esta manera, podemos hacer una diferenciación entre colores cálidos (amarillos, rojos, naranjas…) y fríos (como el azul y el verde). A su vez, gracias a la mezcla de colores podemos lograr que el tono de un color sea más frío o más cálido. Por ejemplo, si a un tono verde le añadimos más cyan que amarillo, lograremos que ese color sea más frío.
La saturación: Constituye la pureza del color respecto al gris y siempre depende de la cantidad de blanco que tenga. Cuanto más saturemos un color, más puro será y menos mezcla de gris tendrá.
El brillo: Es la relación entre la luminancia (o intensidad del estímulo luminoso) y la sensación que percibimos, que es más comúnmente conocida como brillantez. Y varía en función de lo cerca que el color esté del blanco o del negro.
«¿Por qué dos colores, uno al lado del otro, producen música? ¿Puede alguien explicar eso? No. De la misma manera en que uno nunca puede aprender a pintar en realidad.”
(Pablo Picasso)
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