El director de fotografía Valentín Álvarez ha sido el invitado a nuestro WelabTalk 88. El dop ha sido el encargado de fotografiar películas como «Señor, dame paciencia» (2017), «El rey» (2018) o «La casa del caracol» (2021). Con él hemos hablado sobre sus inicios, su forma de entender la cinematografía, las técnicas utilizadas durante el rodaje de «Cerrar los ojos» (2023) y mucho más. ¿Te lo vas a perder?
Valentín Álvarez siempre fue un apasionada del cine, aunque de manera inconsciente. En su casa gustaba mucho el séptimo arte y sus padres le llevaban al cine con bastante frecuencia. También era un gran apasionado de la antropología, algo que le llego a descubrir el documental antropológico. Comenzó a estudiar fotografía en el antiguo Centro de Estudio de la Imagen (CEI), para más tarde estudiar cine en RTVE, allí rodó mucho en fotoquímico y 16 mm. En aquella época, en la que hacía cortometrajes y teatro «indie», también comenzó a iluminar representaciones teatrales.
«No hay una regla, no hay un molde. Cada película es un mundo»
Para nuestro invitado la figura del director de fotografía cambia bastante dependiendo del director, la persona que maneja la batuta. También influyen conceptos como el presupuesto o la producción. Para él, el director de fotografía da poesía a la narrativa de una película. Debe ayudar a narrar con luz y emocionar. Algo que compara con la metafísica, ya que cualquier elemento visual no es más que una codificación y decodificación de fonemas que nos permite visualizar el concepto.
Con Valentín Álvarez también hemos hablado de la figura del cineasta Víctor Erice. Ambos han trabajado juntos en varias ocasiones, pero su última colaboración en «Cerrar los ojos» (2023), rodada con equipos Welab, le ha valido al director de fotografía la nominación al Goya a Mejor Dirección de Fotografía. Para Valentín Álvarez esta película ha sido una aventura, complicada y difícil, pero con un resultado muy satisfactorio para el director de fotografía. Para está película utilizó dos cámaras ARRI: la Arriflex y la Alexa 35. Esto lo hizo para distinguir dos épocas dentro de la misma película. A su vez, utilizó las ARRI Textures para aportar un look característico al film.
«Cinematográficamente hablando, trabajar en fotoquímico es navegar a vela. Con una cámara electrónica, navegas a motor»
Para las texturas, probó varias hasta encontrar las adecuadas: Soft Nostalgic y Default. Valentín Álvarez asegura que la textura Soft Nostalgic hacen que se sienta un ruido, un grano cinematográfico, aunque sea mínimo. Utilizó Default en situaciones críticas de luz, aunque fueron las menos. Sin embargo, el resto de texturas mostraban demasiado grano, algo que no convenció al director de fotografía para este proyecto.
Respecto a sus preferencias de equipo, tiene varias. Para proyectos de poco presupuesto se declara un gran fan de las Canon Mark IV. Para situaciones en las que necesita trabajar rápido, cazar imágenes y con muy poca luz apuesta por Sony Venice 2, debido a sus dos filtros neutros. Por otro lado, para documentales se decantaría por Mini LF o Alexa 35. Respecto a lentes, asegura que quiso grabar con Cooke S4 su última película, pero acabo utilizando las Cooke S7. Sin duda, Valentín Álvarez es un director de fotografía todoterreno. Se desenvuelve con total comodidad en cine, publicidad, documental e incluso teatro.
Nuestro invitado también le gusta enseñar, dar conferencias e impartir master class. En parte por su manera de pensar (muy relacionada con la justicia social) que debe trasmitir todo lo que conoce, piensa y siente. Y en parte por «egoismo», ya que a ayudar a los demás, explicar algo a alguien, hace que esos conceptos se estructuren mejor en tu propia cabeza.
«El conocimiento se enseña, el pensamiento se enseña, el sentimiento se provoca»
Valentín Álvarez finaliza esta charla sobre cinematografía aconsejando a las nuevas generaciones de profesionales cinematográficos: «No te rindas, lucha por lo que te apasiona. Las cosas hay que pensarlas, no solo conocerlas. Busca tu camino y no te rindas a la primera. Si quieres ser director de fotografía, lo mas complejo, lo más difícil, lo que nunca vas a terminar de aprender, aunque vivas 5.000 años, es a controlar y trabajar la luz. No tiene límites».
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